sábado, 10 de mayo de 2008

STANDBY - Segunda época

Mucho tiempo sin escribir nada, y no por ausencia de oportunidades, la lista de espera de noticias que pudieron aparecer en el blog fue muy numerosa: la publicación de las cartas de Teresa de Calcuta, la marcha atrás de la Iglesia en el tema de Galileo, el monumento en Crossville (Tennesse) a la divinidad del tentáculo espaguetinesco, el apoyo del obispado español a partidos de extrema derecha, el debate de un imán en la televisión iraquí defendiendo el creacionismo frente a la evolución.... Oportunidades hubo en abundancia, las hay en la actualidad y las habrá por desgracia en el futuro, sin necesidad de rebuscarlas, sencillamente teniendo los ojos y los oidos bien abiertos.

Tampoco se me puede achacar la desactualización del blog a mi conversión, arrepentimiento o vuelta al redil de la Iglesia; domesticado en la obediencia y autoengañado en la futil esperanza de una vida eterna. Es algo mucho más simple que todo eso, aunque siempre estuve en estado de alerta para indignarme con aquellas noticias fundamentalistas, sencillamente la culpa de la nula productividad la tuvo la vagancia extrema, el más terribles de mis pecados; al menos, uno de los que más rabia me da.

Para intentar poner coto a ello, ampliaré los objetivos del blog. Sin olvidar la temática central que me impulsó a crearlo un día en que la indignación era mayor de lo habitual, procuraré escribir sobre todo aquello que me interese, me preocupe o me despierte la curiosidad; y espero hacerlo sin copiar demasiado por ahí, al menos cuando lo haga no olvidaré citar como corresponde. Espero que sean estos momentos más prolíficos que los de indignación y crítica, pero mucho me temo que de ellos también los habrá en abundancia.

Termino ya este largo standby, y para que sirva, además de como punto final del mismo, como banderazo de salida, incluyo el video de una canción de Extremoduro titulada precisamente STANDBY que, aunque no tiene que ver más que en el título con lo que comento, es una excelente canción para mi paladar en la esperanza de que también lo sea para el que quiera que entre a leerme.